El indeciso


Cuando ingresa a la librería recorre con la mirada las distintas secciones, rápido, como tratando de chequear el espacio de una sola vez porque es tan escaso el tiempo y son tantos los libros. Si quiere que su misión sea efectiva debe calmarse primero y elaborar a continuación un plan de búsqueda inteligente. Comenzará por la sección de Novedades que, lo sabe bien, está en el lugar más estratégico: al centro, en un mostrador cerca de la entrada. Tan cerca de la entrada y tan al centro que con la agitación que lleva tropieza con el mostrador y bota un par de libros al suelo. Como es un lector culto trata de no mirar los Best Seller, pero mientras enfoca la cara hacia las obras selectas, esas bien sesudas, con el rabillo del ojo les echa un vistazo a todos los Best Seller que, en tales condiciones, pueda abarcar. Entonces cede y como quien no quiere la cosa agarra el último éxito de una de esas escritoras feministas que siguen explotando su fórmula triunfadora. Luego agarra el de otra; y luego el de un triunfador esotérico. Listo, piensa, ya es suficiente. Se guarda uno bajo el brazo con la intención de llevarlo a casa porque de todas maneras hay que relajar la mente. Sigue hacia los Premios Nobel, una sección segura donde puede hacer coincidir con libertad la dirección de la cara con la de la mirada y hojear todos los libros que quiera, siempre con el Best Seller bien agarrado bajo el brazo. Pero casualmente los de la librería, con mucha inteligencia, trasladaron la sección de Autoayuda y la pusieron justo al lado de la de Premios Nobel, tan juntas que casi-casi se entrelazan. Nuestro amigo no tiene la culpa, él trató de hacer su mayor esfuerzo; revisará rapidito algunos manuales. Últimamente no le han ido bien las cosas, así que agarra el manual que explica cómo hacerse rico en menos de un año y se lo guarda bajo el otro brazo. Total, si lo que dice el manual le resulta, podrá comprar todos los buenos libros que le dé la gana. Ahora ya puede revisar la sección de Premios Nobel y la de Literatura Experimental, y quién sabe, tal vez le alcance el tiempo para llegar a la de Filosofía y hasta a la de Estudios Políticos. Después de mucho hojear se decide por un título de Premios Nobel y por otro de Estudios Políticos. Se dirige a la caja con, ¿cuántos llevábamos?
Un Best Seller bajo el brazo derecho. Un manual de autoayuda bajo el izquierdo. En una mano el de Premios Nobel. En la otra, el de Estudios Políticos.
Llega a la caja y deposita su carga sobre el mostrador. El vendedor dispara la pistola a los códigos de barra y al final le comunica el precio. Nuestro amigo levanta las cejas y exclama ¡uf, vamos a ver! Revisa la billetera y descubre que tiene que optar. Recorre con la mirada los libros seleccionados y de ahí, nuevamente, el interior de la billetera, a ver si todavía está en el pliegue oculto el billete que guardó la semana pasada. Pero no, ya no está. Ante tan difícil disyuntiva no le queda más que escuchar a la voz interior que le está recordando su necesidad perentoria. Entonces dice bajito para que sólo escuche el de la caja:
-Me llevo el Best Seller y el manual de autoayuda.


© Carolina Meneses Columbié

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